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Sombreros Gorostiaga

DESDE 1857

Siete generaciones de tradición y artesanía

 

Fue en 1857 cuando, en la calle Bidebarrieta, comenzó un proyecto emprendedor que ya lleva más de 160 años en funcionamiento, y que, desde el primer momento, tuvo como primer objetivo proveer a la clientela del mejor servicio y mejor calidad posible. Don Fructuoso Gorostiaga fue el fundador de la sombrerería. Tras él, numerosas generaciones han continuado un negocio lleno de tradición y maestría.

El actual propietario, Emilio Pirla, nos cuenta de manera detallada la larga trayectoria de Sombreros Gorostiaga desde su creación hasta el día de hoy.

Calidad y elegancia al alcance de tu mano

Sombrerería Gorostiaga ofrece una amplia gama de variedades en todo tipo de gorros, sombreros, bombines, entre otros accesorios para la cabeza; tanto para hombres como para mujeres.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La llegada del "e-commerce", unirse o morir

Emilio nos explicó cómo se ha unido a la corriente generalizada de tener una tienda online. El objetivo era aumentar sus ventas y darse a conocer: "Ya estoy empezando a hacer mis pinitos en Internet, ya tengo mis boinas para vender y poco a poco voy entrando en ese mundillo". Zanjó el asunto de forma rotunda: "Solo tenemos una salida; renovarnos o morir". Este es el nuevo paradigma al que se están adaptando muchos pequeños comercios. O entras en el juego de las grandes multinacionales, o no estás en el mapa.

Las instituciones, ni hacen ni dejan hacer

No son pocos los comercios que muestran su descontento

a la hora de hablar sobre el trato que reciben por parte

de las administraciones e instituciones que afectan

de lleno a las PYMES. En el caso de Sombreros Gorosti-

aga, no existe lugar para la excepción. Emilio Pirla denuncia

que no puede obtener el permiso para hacer más

grande la puerta para que, así, pueda entrar la gente

que va en silla de ruedas: "Si hago cualquier

obra me obligan a tirar el escaparate y a poner una

rampa. Salgo perdiendo (...), no dan facilidades

a la hora de ayudar al mantenimiento de las cosas

antiguas. (...) No me dejan mejorar lo poco que me

gustaría mejorar."

El trato personal no tiene precio

En cuanto a las ventajas del pequeño comercio frente a las grandes superficies, también tuvo que decir el dueño de Sombrerería Gorostiaga. En este pequeño extracto, Pirla nos deja clara su visión sobre lo que una gran cadena no puede aportar a la clientela: el trato personalizado.

 

 

 

 

El pequeño comercio ofrece y fomenta unos valores que no deberíamos dejar perder. La tradición, el trato personalizado y el cara a cara son unos factores que aunque no tengan un valor material, cimientan las bases de unos negocios que no solo contemplamos como un lugar para comprar. También los apreciamos como un punto de encuentro en el que establecer relaciones con los trabajadores y crear una confianza en la que siempre se ha basado este tipo de comercio.

 

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